

Mi poesía -intensa , desprolija, abierta,- es inaudible para los que siguen el manual del curso de la creación, y hacen del lenguaje una cárcel que entrecorta la mente y la respiración de los hombres, llena de sobresaltos y caídas, como mi propia vida, nada que ilustre , nada de ejemplo, pero mía.
La poesía no es el uso correcto de los cubiertos:
deja testimonios de sus encuentros, encuentra un dialogo que desconoce el modo imperativo, y que como tal, es presisamenete el lenguaje de las personas, el poeta y quien lee son sujetos dialógicos y uno es poeta así, se despiertan las palabras dormidas sobre el papel y cumplen su destino, la poesía correcta, corrector, en el hondo sentido del vocablo no existe , las monenclaturas lustrosamente nuevas, corren el riesgo de la brillantes, reflejar la luz sin absorberla……..
Pecado rojo.
Ya no hay retorno, animales de la bitácora, están aquí como un bestiario de índigos en los abismos de mi piel, crecen salvajemente, donde la frontera es menos un limite que el nombre de algo, donde el nombre es siempre una incógnita, que se determina sobre la marcha, sobre un tango rante, allí te asomas a tu memoria ,en las fronteras del deseo, princesa roja que respira palabras, carmesí, escarlata, púrpura, resonancias de presencias, en la embriaguez de un juego arbitrario, en el motivo mismo de vivir.
Mientras las luces violentas de los naranjos en flor, que brotan en los naufragios, en los tangos mas oscuros, en lo descarnado del mundo, en los relámpagos y sus espejos, caen sobre los trayectos de tu alma, cuando uno anda dentro de uno, explorando aromas, caricias en la espera, miradas en los abismos, todo aquello que determina el próximo pasó, en el laberinto, y en el bermellón descarnado del mundo, donde tu agitas con adjetivos el sueño, ejerciendo manos de ternuras delirantes, extendiéndote como una nueva mirada, (Mirar es responder a preguntas vacías en la primera noche sin respuestas) Ven como una diosa roja a salvarme de esta luna, en la alcoba de los muertos, ven a darme un confín de transparencias, en cada uno de tus lunares, sacude tus alvéolos de polen mientras lates, desármame con tus pezones, enciende crisoles de rojos intensos, derrama oscuros vinos y rosas místicas, que se escapen en el viento, yo, soy un tahúr que ha caminado los siete pecados, quemando el cielo para decir tu nombre, gules listel de tus caricias furtivas, temblor contra las paredes sucias, peregrinaje de la ternura en los bares del suburbio ,margen húmedo sobre tus ojos,
Poema en las servilletas, comisura de los labios donde se humedece tu alma, buscando en el reflejo, asistes a los signos del misterio, al banquete del deseo, y te arrojas en la carne conspirando tus contornos, hasta desvanecerte en los días donde te sabes humana, en los enigmas de saberte mujer….
Nuevo deseo.
Podría comenzar a contar
una historia o fabular el ensueño
que también es el despertar,
puedo citar la duda, una forma
despojada de los recuerdos,
Apenas, si podría…si deseara…
Tentativa.
Una botella donde crece
La noche, ¿entre preguntas, no?
Solo crece dentro, y se expande,
espejo sobre palabras que palpitan.